jueves, 16 de enero de 2014

Desde Roma con Amor - IX

Las semanas siguientes se desenvolvieron lentamente entre horas y horas de biblioteca. Izan y yo quedábamos para ir juntos a la del Reina Sofía. A mi no me gustaba demasiado, pero tanto mis amigas como los de Izan se dejaban ver por ahí de cuando en cuando, por lo que aquella jaula franqueada por inmensas cristaleras se convertía en lugar de reunión. No me gustaban ni las hordas de gente pegando sus caras al cristal para ver lo que se cocía abajo, ni las maderas oscuras que tenían las paredes con un inevitable sentimiento de amargura y condena a muerte. 

Tras haber superado los ordinarios de junio, me enfrentaría a la primera convocatoria extraordinaria deeconomía. Una asignatura que, para más inri, me gustaba y, pese a mi sobrehumano esfuerzo durante el curso cada  lunes con los malditos test online y ejercicios prácticos, tuve la suerte de suspender en todas y cada una de las pruebas prácticas, más la traca final. Y así, ahogada entre resúmenes con centenares de folios y esquemas mentales, Izan me rescataba con su eterna sonrisa y sus bromas descabelladas para recuperar la mía. Realmente hacíamos un buen equipo, pues nos consolábamos mutuamente y nos servíamos de punto de apoyo para coger carrerilla antes de saltar el precipicio, sin saber si nuestros pies tocarían tierra o se quedarían en el intento.

Con algo de suerte y mucho esfuerzo, ambos conseguimos nuestros objetivos. Yo saqué economía con más nota de la que me esperaba y él consiguió entrar en la carrera que quería: Biología en la Universidad Autónoma de Madrid. Aunque he de reconocer que me hubiera gustado cruzar con él un par de besos furtivos por los pasillos de mi universidad y espiar sus maniobras con la Sony HDV y el trípode. Pero, quién sabe, quizá en un futuro no muy lejano nos encontremos estudiando lo mismo o realizando un proyecto común. He de reconocer que innumerables veces he fantaseado con la idea de vernos muy lejos de aquí, reportajeando otras realidades muy diferentes a las que conocemos. Él con la foto, yo con el vídeo. Aunque lo mío es escribir, la filosofía de la cámara es algo que me interesa y me da una insaciable curiosidad.


2 comentarios :

  1. Si es que me encanta esta historia, me imagino Madrid y es como aaaaish :)
    ¡Un beso muy muy muuy grande! <3

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  2. Me encanta la historia! :D escribes realmente bien n.n
    un beso!

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