jueves, 16 de junio de 2011

Curiosidad

Eh, amigo, tengo lo que buscas. Vamos, acércate. Lo he visto en tus ojos, sé lo que necesitas y, déjame que te diga una cosa: yo puedo dártelo; Puedo dártelo todo, sin comprimisos, sin intereses, a tu medida, sin explicaciones. Quieres triunfar, ardes en deseos de reconocimiento, poder, valoración. Quieres sentirte un hombre nuevo, renovado, más joven, más atractivo -si cabe- y esperas conseguirlo de forma rápida, sencilla y barata y, ya puestos, indolora también. ¿Quieres saber qué necesitas? Vamos, sígueme, a los ojos, no bajes la vista, ponte en guardia, protégete, y observa con atención. No te vendo productos de teletienda, ni pócimas mágicas; tan sólo voy a mostrarte el talento que vas a tener que desarrollar con paciencia y perseverancia: Una inteligencia abrumadora, picardía y osadía en partes iguales, una dosis limitada de desvergüenza, mucho respeto y agradecimiento, creatividad, imaginación o cualquier nombre que desees darle y sobre todo, curiosidad, de ésa que dicen que mata, pero curiosidad, al fin y al cabo.

Hay muchos peces en el mar

No es necesario comprobar el día en el calendario, a menos que quieras llevar la cuenta. Puedes dejarte el reloj olvidado en un cajón; asegúrate además de que con él se queden tus prisas y tu mal humor. En este largo verano no te consiento un mal gesto. Si vas a suspirar, será sólo debido al calor, al inmenso sol que nos va a hacer sudar. Despréndete de tus prejuicios con la misma facilidad con la que te deshaces de tu ropa. Muéstrame una sonrisa al ritmo de esa canción de reggaeton. Puedes refrescarte con mi piel, ponerte a la sombra de mis labios, pero ten cuidado, no vaya a ser que te quemes con lo que tengo que decirte.

No hay nombres, no hay horarios, no hay reglas, no hay normas, no hay mentiras, no hay miedo, no hay frío, no hay sábanas, no hay palabras, no hay llamadas, no hay sombras, pero hay playa, hay miradas, hay luz, hay sonrisas, hay caras desconocidas, hay abrazos, hay confianza, y, lo mejor de todo: hay muchos peces en el mar.

jueves, 9 de junio de 2011

Libre

Libre. Cinco letras, distintos significados posibles, una sola palabra que describe el sentimiento más bello del mundo, ese sentimiento que llevamos persiguiendo desde hace demasiado tiempo. Una sensación cambiante, fugaz, placentera, deseada. Es la libertad la causa del principio y su final. El origen de una nueva historia que describe personajes diferentes, aventuras semejantes; el inicio de un verano prometedor, abarrotado de planes carentes de días para realizarlos, pero todos marcados siempre por el mismo patrón:

Somos libres.

viernes, 3 de junio de 2011

Miedo

Dicen que el hombre es el peor enemigo de la naturaleza, pero ¿acaso tiene el hombre algún enemigo peor que él mismo? Yo soy de la opinión afirmativa, ya que, si te paras a pensarlo, existe una sensación capaz de desmoronar al ser humano, de desmontar sus esquemas y de paralizarle: el miedo.

El miedo, sensación de angustia provocado por la presencia de un peligro real o imaginario, sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea.

Yo tengo miedo de tener miedo, de levantarme una mañana sin esa confianza que he adquirido con los años, por culpa de esas batallas que libro día a día contra los recuerdos; miedo de no reconocerme frente al espejo, al verme obligada a someterme al cambio, al inevitable y egoísta paso del tiempo; miedo de reconocer que llevo demasiado tiempo mintiendo y escondiendo el corazón en una caja de metal; miedo de que huya la inspiración imitando a la moral, que hace años me fue arrebatada por principios sensacionalistas, ridículos; miedo de que un día se cuele por una rendija, abierta en un descuido para ventilar mis ideas, una persona en mi vida, capaz de hacerme sentir miedo de que, con la misma facilidad con la que ha llegado, se marche.

jueves, 2 de junio de 2011

Culturizando culturistas

-Deberías dejar ahora mismo ese batido de fresa, sacar los pedales de la bicicleta y acercarte a hablar con él. A ti un chasquido te basta para ligártelo.

-No pienses que no me he fijado en él. Claro que lo he hecho. Es más, todas y cada una de las mujeres de esta sala se han detenido al menos cinco segundos para mirar cómo se aleja a ocupar otra máquina. Incluso los hombres despegan los ojos de sus brazos cada vez que él se cruza, paseándose de un lado a otro de la sala. ¿Cómo no iban a llamar mi atención esos ojos caramelizados, esa barba de tres días, ese pelo corto, muy corto, negro y brillante? ¿Acaso te piensas que mis ojos han pasado desapercibidos ante su torso, mientras se eleva una y otra vez en el banco de abdominales? Le he mirado tantas veces que sería capaz de redibujar sobre un folio en blanco cada músculo tatuado en su piel. Ninguna de sus espléndidas sonrisas ha pasado desapercibida. Más de una vez he pensado en bajarme, frenarle y lanzarme a la piscina. Pero siempre hay algo que me detiene. Al principio no sabía por qué no movía el culo y le tiraba los tejos. Sin embargo, tras un par de kilómetros más sobre esta bici, me he dado cuenta.
Me encantan los tíos como él. Mis anteriores relaciones lo demuestran. Me dejo embelesar con facilidad por ese tipo de hombres, de esos que parecen capaces de comerse el mundo con su mirada. Los que quieren algo y lo toman. Los que llevan la iniciativa, siempre seguros de que sus decisiones serán las más acertadas.
Espera un momento; ¿he dicho me encantan? Quería decir que me encantaban. No necesito un saco de músculos ni otra cara bonita.Tampoco quiero una bestia en la cama incapaz de salir de las sábanas (y no me mires así) Nada de eso. Quiero que debajo de ése precioso pelo, halla también un cerebro.