jueves, 28 de abril de 2011

Decidamos algo

Madurar, crecer, conocernos a nosotros mismos, no es fácil, pero es parte de nuestra vida, es una obligación a la que tenemos que hacer frente si no queremos que el paso del tiempo nos aplaste. Nos han educado para pensar, para ser críticos y valorar la realidad. Nos han enseñado a construir y elaborar principios, valores que influyen en las decisiones de nuestras vidas, pero, ¿cúantas veces tenemos en cuenta todos esos ideales que sellan nuestra personalidad? ¿Cuántas han sido las acciones que hemos llevado a cabo sin pensarlas, movidos únicamente por nuestros instintos? Dicen por ahí que los mejores momentos son aquellos que surgen sin haberse planeado, que son fruto de nuestro corazón cuando es capaz de hablar más alto que nuestra cabeza. También dicen que el corazón es apasionado pero tonto, que desconoce los peligros y corre el riesgo de varar a la dervia en un mar helado. Es decisión nuestra elegir si queremos mojarnos o no.

domingo, 24 de abril de 2011

Tu piel

Voy a desnudar tu corazón. Voy a acostarme con la noche. Voy a liberarte de tu cinturón. Abrázame que el viento me araña la piel. Bésame dónde quieras. Juguemos al escondite entre mis piernas. Démosle la vuelta al mundo. Ahógame con la almohada. Dame una excusa para no huir de las sábanas. Gritemos nuestros nombres. Hagamos algo sucio, juntos. Despídete de los prejuicios. Agárrame. Cierra los ojos. Suspira. Quédate, que sea el Sol quien te eche. Rompamos las reglas, crucemos la línea de lo prohibido. Hazme daño en el corazón. Olvídate de los demás, quédate sólo con mi cara. Colócate con mi perfume. Provocador, descarado, sexy. Alimento de las fieras. Perdamos la cabeza con el chirrido de los muelles. Échame el cerrojo, no dejes que me vaya. Alíate con el coclhón. Para el tiempo con un beso. Súmete en la oscuridad de nuestras lenguas. Tengo celos de tu camisa. Botón a botón, tírala lejos. Quiero ser yo quien te arrope. Miéntele a mi cuerpo una vez más. Perdamos el conocimiento. Hazle el amor a la libertad.


Seremos felices

¿Por qué nos preocupa tanto el más allá? (no a todos, por suerte) ¿Por qué somos incapaces de centrarnos, de pensar, de vivir el día a día, de pararnos en este más acá que hemos dejado tan descuidado? Tal vez sea porque tenemos miedo de no conseguir el fin último de todas nuestras acciones, ésa codiciada felicidadcuya búsqueda nos ha sido impuesta desde que posamos nuestros pies sobre la tierra. Felicidad: Para algunos una sonrisa, para otros un beso. Para los más egoístas, un fajo de billetes de papel que le ponen precio a todo. Deberíamos pararnos, dejar de hacer preguntas sobre lo que nos espera después. Olvidemos el miedo a no encontrar la felicidad en nuestros días. Olvidémonos de lo que nos espera mañana. Dejemos a un lado el temor a no encontrar lo que buscamos. La felicidad es un sentimiento temporal. Podrás encontrarlo en una persona, en un sueño, en un trabajo... Cada uno debe dejarse llevar hacia eso que persigue inconscientemente. Es posible que nunca lleguemos a la felicidad en sí, que nunca consigamos lo que perseguimos, pero mientras luchemos por ello, mientras defendamos nuestros sueños, seremos felices.



Un segundo

Dura un segundo. Tan sólo uno, robado del tiempo. Pero es suficiente porque para ti, ese segundo ha marcado ese codiciado antes y ese esperado después. Ella se ha despistado, has conseguido desconcentrarla con tu risa y se ha girado. Y en el momento en que te mira, en ese instante en que se aparta un mechón de la cara para que tú la veas, entonces, tú crees que lo tienes todo. Tímida, con una sonrisa fugitiva en los labios, te abandona a tu suerte. Te deja ahí plantado, de pie, con tus quizás y tus preguntas. Y escuchas su risa. No necesitas nada más. Decides concederte la oportunidad de ser el motivo de sus carcajadas. Te acercas, rodeas su cintura con tu brazo, no demasiado fuerte, pero tampoco le das opción a que se escabulla. Su perfume acaba de grabarse en tu cabeza, ese perfume que siempre irá acompañado de sus ojos, de su mirada agresiva cada vez que lo huelas. Ella no dice nada. Simplemente clava sus ojos marrones en tus labios, preguntándose cuánto tardarás en difuminar su sonrisa con un beso. Susurras su nombre con el tono dulce que eres capaz de fingir y ella, inconforme, te silencia posando un dedo sobre tu boca, ansiosa por encontrarse con la suya. Tic, tac, tic, tac, gotean los segundos hasta que acercas su rostro al tuyo, deslizando con delicadeza su pelo, y la besas.

sábado, 23 de abril de 2011

Nicky

Nicky es así. No pretende gustarle a todo el mundo, ni mucho menos. Tampoco le importa lo que la gente piense de ella y a decir verdad, la envidio. Yo no creo que fuese de capaz de soportar todo lo que se le ha venido encima sin perder la sonrisa. No lo está llevando todo lo bien que le gustaría, pero ya se ha caído suficientes veces como para aprender a convivir con lo que le toca vivir. Ha perdido algo de fuerza, ya no se rebela ni lucha por cambiar las cosas que no le gustan de su vida. El tiempo no cura las heridas, ayuda a convivir con ellas y Nicky  ha pasado muchas horas a solas con el tiempo.

Últimamente le ha dado por bajarse al parque, en esas tardes en las que debería estar estudiando para los exámenes finales. Ella se sienta al lado del árbol más cercano y comienza a dibujarle, sin que él se de cuenta.



jueves, 21 de abril de 2011

Tiempo

Sólo tú sabes cuánto te odio. Sólo tú me conoces porque eres el único con la paciencia suficiente para desnudar mis sentimientos. Tú eres el único directo, sincero. Tú me haces incluso más hipócrita aún. A ti, con todas mis ganas, a ti, te quiero muerto. Quiero que desaparezcas porque te quiero. Porque sin ti no tendría recuerdos. Porque te has aliado con el olvido y día a día, minuto a minuto, has contemplando mis errores, has disimulado mis cicatrices. Tú, que me observas desde la distancia, sin decir una palabra, te ríes en mi cara. Tú, astuto, inalcanzable, intocable, insoportable, te has encargado de burlar mis trabas, de saltar mis trampas, de colarte dentro de mí. En todo lo que pienso, en todo lo que me rodea, ahí estás tú siempre para encargarte de guardarlo en mi memoria. Y de nada sirve que pare el reloj, que adelante la hora o que te busque en el calendario. De nada sirve porque has jurado nunca irte. Te pido que me dejes sola, que te alejes, que te pares. Que no quiero que sigas midiéndolo todo, que lo dejes correr, que me dejes ser.
Apártate de mis secretos. Oculta mis temores. Prométeme que nunca dejarás que me enamore.

Segundos, minutos y horas

miércoles, 20 de abril de 2011

Lo estúpido de la estupidez

Un día me levanté antes de lo previsto. El Sol aún no se había despertado. Sumida en la oscuridad, me paré a hacer eso que parece que tanto cuesta. Pensé, por un momento, quizá demasiado corto, en mí. Reordené en un par de minutos mi cabeza, dejando que mis pensamientos se cargaran el silencio de mi habitación. Por desgracia, no saqué nada en claro. Al contrario, me compliqué incluso más y continué tejiendo con mis temores una barrera para no tener que pensar más, para dejar de preguntarme qué quería.

Vivir implica arriesgar, hacerse preguntas, dejarse llevar. Vivir supone dejarle al tiempo que corra, no intentar pararlo en un momento que nos parece maravilloso. Eso es tarea de la memoria, que se encarga de colocar los buenos recuerdos para que estén siempre a nuestro alcance. Vivir significa perder el miedo, aprender, crecer, experimentar, dejar que el dolor nos acompañe como lo hará el amor. Vivir es equivocarse una y otra vez hasta saber reírse de los errores. Vivir es tomar decisiones, algunas de forma impulsiva, irracional, guiadas por nuestro ciego corazón. Otras en cambio necesitan muchas noches en la cama dándole vueltas. Vivir supone dejar de actuar, mostrarse al mundo con sus defectos y sus virtudes.

Defectos, prejuicios, orgullo, mentrias, prepotencia, silencios, máscaras...Hay muchas formas de no sentir, de no vivir.

lunes, 11 de abril de 2011

Instrucciones

Dame tu mano. Pulsa el botón off. ¿Que por qué? Bueno, considero que es mejor ahorrar energías. Gasto mucho y la batería se agota en poco tiempo. Resérvame para alguna ocasión especial. Abre mi armario, vísteme de etiqueta, un vestido elegante que acompañe a tu traje. Ponme unos tacones, que esté a tu altura, y colócate detrás de mí. Aparta el pelo de mi nuca y prográmame para bailar. Cuánto más alta esté la música, más me moveré. Condúceme hasta la barra y vierte sobre mis labios un poco de gasolina, mientras tú le pegas un trago a tu ron. Yo no necesito botones para activarte . . . Cambia mi función cuantas veces quieras, pero no me enciendas si no vas a usarme.

domingo, 3 de abril de 2011

Preguntas que no me alcanzan

A veces es agradable caminar sin decir nada, escuchando tus propias pisadas. No siempre el silencio es incómodo ni hace falta romperlo con palabras vanas. Puedes andar a mi lado sin decir nada, sin preguntarme, porque no quiero responder, porque no quiero cuestionarme lo que hago.

Ser libre no es fácil. Ser libre implica escoger, rechazar a todo lo demás porque no puedes tenerlo todo. Sabes que de un millón de posibilidades, de un millón de caras distintas, sólo vas a mirar una. Y nadie va a decirte qué ojos son los correctos, por eso yo los cierro con fuerza y camino más deprisa, para que las preguntas no me alcancen, para que nadie me atrape, porque quiero seguir siendo libre, aunque no sepa a dónde mirar.